Aquella tarde cuando te vi por primera vez, supe que este amor no tendría posibilidades. Que la locura a la que me estabas arrastrando terminaría lacerándonos, rompiéndonos la cara y lo que quedara del corazón.
Yo te ame en el silencio de lo imposible, tu me amaste con la certeza de saberte correspondido. Y el tiempo paso, los días volaban y los años con sus meses nos regalaron las diversas estaciones.
Ambos intentamos no amar, ambos intentamos enamorar al otro, ambos lo logramos. Y yo te ame todas esas tardes juntos, te ame todas esas tazas de té que bebimos juntos, ame todos esos silencios compartidos, te ame como querías que te amara.
Pero una noche de Luna llena conocí el sabor de tu piel, esa noche tu lengua se fundió a la mía y volaron serpentinas en mi paladar. Esa noche el marfil de tus dientes dejo marcas en mi piel que solo yo puedo ver. Y tú, el Hombre de pocas palabras, hablo por horas el lenguaje del amor.
Hasta que un susurro tuyo me sorprendiera dormida en tus brazos, arrullada por el latido de tu corazón, intoxicada con el olor de tu piel, fundida a tu costado en un claro gesto de pertenencia.
Y tu me preguntas que fue lo que me atemorizo, me exiges que te aclare que me alejo de ti, yo recorro la línea de tus hombros, bajo columpiada por tus brazos, me paseo en los intrincados caminos de la palma de tus manos, subo nuevamente por tu pecho, beso ligeramente el sitio de tu corazón, solo para deslizarme cuesta abajo hasta llegar a tu cintura tomarte de ella, hundir mi rostro en el nicho donde habita el Todo y asi llenarme de ti.
Tú quieres escuchar que me aterró de este amor por el que hubiera dado la vida antes de que este amor me la quitara. Tú quieres saber que después de ti no sentí nada por nadie, tú quieres creer que en mi corazón no hubo espacio para alguien más.
Yo me pierdo en el acero de tu mirada, mis manos tiemblan con tu presencia –como siempre- me dispongo a responderte y tú me callas con un beso suave, que me hace entender que es mejor no decir nada.
Me tomas de la mano, salimos del lugar, caminamos juntos por estas calles, nos perdemos en las luces de la noche, nos perdemos en el momento, contigo no hay mañanas, ahora conmigo tampoco…
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